No son pocos los que pensamos que Lanzarote merece una capital capaz de acoger con total normalidad a una comunidad LGTB que hemos vivido desgraciadamente atemorizados, reprimidos y oprimidos, con el miedo en el cuerpo de no saber muy bien a donde ir o como comportarnos.
La escasez de proyectos visibilizadores en la capital ha creado la sensación de que los/las lanzaroteños/as LGTB no existimos, y lo que es peor, no sufrimos ninguna situación problemática.
La realidad sin embargo ha dejado entrever que son muchas las situaciones de lgtbifobia, encubierta en muchos casos por «pequeños» comentarios, miradas de reojo y algún que otro insulto, que han convertido la capital de la isla, y sobre todo ciertos barrios, en una auténtica pesadilla para todas aquellas personas que desean mostrar abiertamente su orientación o identidad sexual.
Quien me conoce sabe que más allá del bullying homófobo que desgraciadamente sufrí en el colegio y con posterioridad en el instituto, tuve que padecer la homofobia de cierto grupo de vecinos, sin contar con el rechazo de alguno que otro en varios eventos públicos, así como toda clase de situaciones de exclusión en locales de Arrecife, donde a más de uno no le temblaba el pulso al ponerte de patitas en la calle si se te ocurría ir de la mano con una persona de tu mismo sexo.
Arrecife necesita visibilizar, y sobre todo normalizar realidades de personas corrientes que nos levantamos cada día sin meternos con nadie y que lo único que pedimos es vivir y que nos dejen vivir en paz.
JOSUÉ DUARTE PÉREZ (Presidente de LanzaEntiende)